28 septiembre 2010

Benito Juarez y "la Carambada"

Una historia verídica, como para hacer una película. Lean esto por favor. Es parte de una historia en el estado de Queretaro.

"La Carambada"
Leonarda Emilia (nombre real de “La Carambada”) fue originaria de un pueblito de nativos indigenas cercano a Queretaro llamado “La Punta”. Ella era de una belleza natural y sórdida.
En los tiempos Maximiliano de Habsburgo, habiéndose convertido en una de las damas de compañía de Carlota de Habsburgo. Leonarda era una mujer profundamente enamorada de un francés de nombre José Joaquín, lugarteniente del emperador. 
En la persecución del ejercito mexicano y al ser tomado prisionero el Francés Jose Joaquín y condenado al fusilamiento, Leonarda acude a todas las autoridades, incluidos Benito Zenea, gobernador de Querétaro en aquel entonces y a Benito Juárez, presidente de la República, para solicitar el perdón para su pareja y amante. Ante la negativa del gobernador y del propio Juarez jura venganza y es así como se hace bandolera. Muy temida y perseguida. Asalta caminos, teniendo como guarida principal las grutas de los socavones, ubicados actualmente en la cabecera del Marqués, uno de los municipios de la actual zona metropolitana de Queretaro.
La fama de “La Carambada” trascendió por ser diestra en el manejo de armas y hábil jinete. Contaba con fieles secuaces con fama de ladrones sagaces y aventureros sin compasión de sus víctimas; vestida de hombre robaba las diligencias tendiéndoles certeras emboscadas, para después jactarse y presumir el hecho de ser mujer y de que ella misma les había sometido y arrancado sus pertenencias dentro del asalto; con una breve muestra de exhibicionismo, la Carambada enseñaba sus pechos para que no quedara duda de quién se trataba.
Se conoce tambien que busca y  tiene contacto con una yerbera que le enseñó los efectos de la veintiunilla, una hierba que causa la muerte de la persona que la toma justo 21 días después de ingerirla. 
Dentro de algunos de los actos vandálicos y formando parte de su venganza, da muerte al gobernador Zenea, a quien en una reunión le vierte unas gotas de “la veintiunilla”. Todo esto ocasiona una persecución implacable en su contra. 
Ante tal acoso, decide continuar su venganza y huye a la ciudad de México donde gracias a su belleza y presencia logra conocer a Guillermo Prieto, quien la invita a una elegante recepción en la casa de Sebastián Lerdo de Tejada, presidente entonces de la Suprema Corte y sucesor de la presidencia en caso de falta del presidente.
Durante el transcurso de la recepción es presentada ante el Presidente Benito Juárez, quien al estar saludando a los demás invitados deja su copa en una mesa, momento que es aprovechado por “La Carambada” para vertir dos gotas de “veintiunilla” en la champaña.
Testigo del momento Sebastián Lerdo de Tejada, “amigo” de Benito Juárez, simplemente devuelve una sonrisa a Oliveria, quien con este asesinato le abría las puertas de la presidencia. 
Benito Juárez fallecería veintiún días después, de ahí el nombre del veneno “veintiunilla”, que a decir de la gente que sabe de esto presenta la misma sintomatología de una angina de pecho, mal que le fuera diagnosticado y por el que oficialmente se declaró muerto a Juárez. 
Tiempo después y habiéndola ubicado, una noche, un grupo de rurales sale de Queretaro con objeto de perseguir y aprehender a Leonarda, encontrándola por la hacienda de la Capilla, camino de Celaya. 
Abrieron fuego sobre ella y sus compañeros, resultando herida de cinco balazos. El cuerpo de Leonarda es llevado al hospital forense presumiblemente muerta.
Al día siguiente las monjas del hospital al querer limpiarla para la autopsia descubren que todavía tenía vida; Leonarda pide un sacerdote y las monjas traen al mismo obispo local a quien le confiesa toda su historia, muriendo dos días después de haber recibido cinco balazos...


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