20 abril 2010

REFLEXIONES CLAVE

 De un gerente medio
…………….mi jefe sacó de un cajón de su escritorio una hoja en blanco y tomando un lápiz, trazó sobre la hoja una línea que la dividía por la mitad. Luego escribió la fecha en el extremo superior derecho y a continuación, trazó una gran letra “S” en la parte de arriba de la línea y una “P” en la parte inferior. Inmediatamente me miró fijamente y me dijo: “Ud. es un ejecutivo y solamente existen dos lados, en todas las circunstancias en las que le tocará intervenir”. Señalando la parte superior del papel dijo: “Un lado, es el de las soluciones” y bajando su dedo, a la parte inferior del papel continuó: “El otro lado es el de los problemas”. “¿Ud. de qué lado está?”.
Lo único que atine hacer, luego de tragar el aire como si fuera sólido, fue sonreír y afirmar: “Del lado de las soluciones, por supuesto”.
La respuesta a esa pregunta marcó definitivamente mi forma de ver y hacer las cosas. Hoy descubro que esa decisión, es el principio motor .Ese día me di cuenta que debo hacer firme mi vocación de “solucionador”, facilitando y coordinando recursos, antes de ser elegido como líder de cualquier equipo.
Sobre el Potencial
Muchas empresas no consideran el reconocimiento como parte fundamental de sus prácticas de gestión. El problema es que muchos directivos piensan que el salario es el único reconocimiento que necesitan los empleados, o se resisten porque están demasiado ocupados en su propio trabajo para dedicar tiempo al reconocimiento o porque creen que supone un gasto para su organización. Nunca pueden estar más lejos de la realidad, pues está contrastado mediante multitud de estudios que el reconocimiento es una grandiosa herramienta para motivar y retener al empleado.
Las necesidades básicas personales son las mismas, en todos los países, en todas las culturas y son compartidas tanto por hombres como por mujeres. ¿Pero cuántos directivos consideran el apreciar a otros como parte fundamental de su trabajo? Cuando los empleados ven a sus superiores que dedican parte de su tiempo en preparar un buen reconocimiento, la moral de éstos sube como la espuma. Sencillamente les motiva, les retiene, les fideliza.