1.-Actitud flexible, serena y tolerante ante las nuevas situaciones y circunstancias y capacidad de cambiar cuando sea lo más razonable y conveniente.
2.-Ser «uno mismo» y tener criterio firme y claro ante las personas, situaciones y cosas.
3.-Capacidad para pensar y obrar con absoluta independencia y aceptar la realidad por dura que sea, con presencia de ánimo y sin recurrir a lamentaciones inútiles.
4.-Semblante y aspecto exterior ecuánime y gozoso, sintiéndose un ser privilegiado de la vida aunque sólo sea por vivir y no perder el sentido del humor.
5.-Aceptación de sí mismo en todos los aspectos; alto nivel de autoestima y auto amor; capacidad para perdonarse a sí mismo y perdonar. Buen amigo de sí y de los demás.
6.-Capacidad para disfrutar de todo en cualquier momento y lugar y de las cosas más corrientes y sencillas, pero día a día, minuto a minuto.
7.-Gran amplitud de conciencia, generosidad, preocupación por el prójimo, por sus necesidades y carencias.
8.-Estar bien dotado para tolerar ciertas dosis de soledad y bien entrenado para superar dificultades, problemas y frustraciones sin dejarse abatir por el desaliento.
9.-Capacidad de empatía, de ver las cosas desde la óptica de la persona que se tiene delante, teniendo en cuenta las circunstancias que le impulsan a obrar de esta o aquella manera.
10.-Finalmente, todo persona madura tiene un proyecto de vida que le autorrealiza y le proporciona verdadera felicidad y satisfacciones. Tal proyecto es diseñado teniendo como referencia una escala de valores morales, dando prioridad al respeto, la honradez, la solidaridad, la tolerancia y el objetivo de pasar por la vida haciendo el bien en lo posible.