11 abril 2010

REFLEXIONES CLAVE

Era  un Rey
Hace muchos siglos un Rey soñó que había perdido toda su dentadura. Cuando despertó, asustado mando a llamar a uno de los sabios de palacio para que le interpretara su sueño
-el sabio al escuchar el sueño de su rey exclamo, ¡Qué desgracia mi Señor!!, Cada diente caído representa la pérdida de un familiar suyo Majestad.
Que es lo que estás diciendo? , gritó el Rey enfurecido, Cómo te atreves a decirme tal cosa, ¡¡ fuera de aquí. !!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen otros Sabio y le contó lo que había soñado, éste, después de escuchar al Rey con atención, le dijo:
Su majestad, le tengo muy buenas noticias. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando el Sabio salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
-¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que la del primer Sabio. No entiendo porque al primero le castiga con cien latigazos y a ti te premia con cien monedas de oro.
-Recuerda bien amigo mío – respondió el Sabio – que todo depende en la forma en el decir…uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
Algunas veces con solo cambiar la manera de decir algo se pueden lograr cosas que ni te  puedes imaginar.


Sobre un invidente:
Había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:
“por favor ayúdeme, soy ciego"
Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra.
Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio.
Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena De billetes y monedas 
El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito.
El publicista le contestó:
“Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras”. Sonrió y siguió su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: "Hoy es primavera y no puedo verla"
A veces tenemos que cambiar nuestra estrategia para conseguir lo que queremos


Astucia o sabiduría?
Se cuenta que en los años 20 cuando un sabio era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje, El Sabio le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
“Si quiere”, le dijo el chofer, “le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.”
El Sabio le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y el Sabio se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a este erudito, no se descubrió el engaño.
El chofer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces al su amo. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto:
“La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda................
Una cosa es inteligencia y otra es sabiduría. Una cosa es astucia, lo cual sin duda tenía este chofer y otra es la Sabiduría.